Del 5 al 8 de junio de 2019, el MuVIM se convierte en epicentro del pensamiento crítico a través de ilustres conferenciantes como Javier Gomá, Euridice Cabañes, Sergi Portabella, Cristina Fallaras... que ahora podrás recordar a través de las entrevistas y conferencias que ofrecieron en esos interesantes días en nuestro museo.
Ja tenim el nou ACUDIM amb una programació cultural molt refrescant del MuVIM per al mes de juliol. Un programa que inclou cine a la fresca amb el cicle «Cinema a l'estiu», visites guiades a les nostres exposicions i portes obertes fins les dos de la matinada el dia 20. Impossible no vindre a gaudir de l'estiu!
El declive del imperio americano (Denys Arcand, 1986)
Por el largometraje deambulan hombres y mujeres que viven situaciones desparejas. Es evidente que el film tiene mucho de retrato generacional —si bien su tesis podría ser perfectamente atemporal— y que el masculino es el flanco sobre el que el director descarga la mayor parte de su artillería crítica: ese gran macho americano —entiéndase: occidental— seguro de sí mismo y de sus capacidades intelectuales que no tiene ningún reparo en hacer compatible el compromiso matrimonial con el excursionismo sexual periódico. Las mujeres de la película, en cambio, se esfuerzan por desembarazarse de la ruta marcada y buscan su propio itinerario emocional. Un camino personal en el que la satisfacción del deseo ocupa un lugar cada vez más importante. Con este precedente de «Las invasiones bárbaras», el director construyó todo un clásico del cine independiente que resiste excelentemente el paso del tiempo.
Creado en el siglo XIX, el teléfono empezó como un dispositivo de telecomunicación diseñado para transmitir conversaciones por medio de señales eléctricas. Pero el paso del tiempo y los avances tecnológicos han permitido que el uso de ese «teléfono» —convertido ahora en «móvil»— haya ido evolucionando hasta nuestros días. Los teóricos al uso dicen que la tecnología no es más que la prolongación por otros medios de nuestras propias capacidades físicas. Convendría añadir que la tecnología también amplifica nuestros desórdenes psíquicos y amplía su radio de acción social. Y entre esas alteraciones psicotrópicas, sin duda destaca el amor.