Durante la segunda mitad del siglo XIX se produjeron notables avances en el lenguaje de compositores como Liszt, Berlioz o Wagner, cuyas obras tuvieron un extraordinario impacto en la generación posterior de Debussy, Mahler o Strauss. Es en este contexto donde emerge la figura de Alexander Scriabin (Moscú, 1872-1915). Como un visionario, su música —deudora de Chopin— abandonó la tradición romántica tardía y se adentró en el modernismo de principios del siglo XX. Donde mejor se visualiza el estilo de Scriabin es en sus obras para piano. Los 90 preludios de Scriabin ejemplifican la sorprendente evolución de su música, filosofía y personalidad.
Aleksandr Scriabin (1872-1915)
Son joyas microscópicas que giran en torno a un único pensamiento musical, transformado y variado en apenas unos compases. Beliáyev, amigo e influyente editor y empresario musical, le pidió que compusiera dos series de 24 preludios, inspiradas probablemente en los 24 preludios op. 28 de Chopin. Scriabin completó 47. Se publicaron los primeros 24 como los preludios op. 11, que se escucharán en este concierto, y los 23 restantes se reunieron en subsiguientes ediciones separadas. El orden aquí presentado no coincide con el cronológico, sino que sigue el círculo ascendente de quintas de las tonalidades mayores y sus relativos menores, similar al del op. 28 de Chopin, y de la manera en que fueron publicados.
Frédéric Chopin (1810-1849)
Después de renunciar a su lugar de profesor en el Conservatorio de Moscú, Scriabin inició uno de los periodos compositivos más fructíferos de su vida, donde se enmarcan los preludios op. 31 y 37. A principios del XX, la situación personal de Scriabin se complicó. Durante este tiempo de transición personal y artística, buscó nuevos recursos armónicos, tímbricos y rítmicos que se evidenciarán en las obras compuestas en los siguientes años. Filosofía y religión habían sido desde siempre una parte significativa de la vida intelectual de Scriabin, inspirado por el panteísmo, el subjetivismo, la teoría del Superhombre de Nietzsche (Übermensch) o el misticismo
En los últimos años de vida se acentuaron sus tendencias megalómanas y sus composiciones, que se habían alejado totalmente de la tonalidad convencional, evolucionaron hacia la ambigüedad y la atonalidad. El preludio op. 59 es el primero que carece de armadura y se aleja de todo lo que pudiera parecerse a una conclusión tonal. Los preludios op. 74, último conjunto de piezas escritas por Scriabin, representan la evolución hacia un lenguaje armónico más abstracto y místico. Son piezas que ofrecen una experiencia sonora que transciende las convenciones de su tiempo.
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Las entradas son gratuitas y se repartirán (máximo dos entradas por persona) a partir de las 11 h en el vestíbulo del museo
Sin entrada no se podrá acceder al Salón de Actos
El pianista gallego Daniel Pereira se graduó con un Doctorado en Artes Musicales en la Universidad de Maryland, un máster en la Universidad de Hartford y un Diploma de Artista en la Universidad Estatal de Nueva York, después de haber finalizado sus estudios en el Conservatorio Superior de Vigo. Su tesis doctoral presentó la integral de preludios de Alexander Scriabin, sobre los cuales editó el doble CD 90 Scriabin Completo Piano Preludes. Ha sido pianista acompañando en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga y en el Real Conservatorio de Danza Mariemma de Madrid. Es miembro del cuerpo de profesores de música y artes escénicas.