HOY:
Sábado 03 de Mayo de 2025 /
Abierto de 10 a 14h y de 16 a 20h
Jueves 24 de febrero a las 19:30 h
MESA REDONDA
La Valencia de los años 80
Con Rafa Lahuerta, Ginés S. Cutillas, Rafael de Luis y Joan Carles Martí
Gratuita
La València de los años 80 acababa de desembarazarse de la férula franquista, hervía de activismo social y político, estrenaba autonomía y no dormía nunca. Era una ciudad a medio camino entre la tradición y una modernidad que no acababa de llegar. Rafael de Luis la fotografió y una selección de aquellas imágenes se puede visitar en el MuVIM. Y ahora, que hace cuarenta años de la València de los años ochenta, el fotógrafo comparte en el museo mesa redonda con escritores que también han evocado aquella ciudad descascarillada en su literatura: Rafa Lahuerta, autor de la aclamada «Noruega» (Llibres de la Drassana, 2020) y Ginés S. Cutillas, un escritor de largo recorrido que ha retratado El Cabañal de aquellos años en «El diablo tras el jardín» (Pre-Textos, 2021). Los tres moderados por Joan Carles Martí, responsable de la sección «Valencianeando» del LEVANTE-EMV y jefe de su sección de Cultura

 

Mucho después del desarrollismo pero antes de la Copa América y la Fòrmula I —cuando se exhibió a el escaparate de la modernidad más exaltada—, Valencia era una ciudad que dormía una siesta secular y beatífica. Un lugar donde convivían carromatos y seiscientos, escombros y nuevas viviendas lustrales, el Rastro y El Corte Inglés y en el cual la flacidez legislativa del Estado todavía permitía desarrollar una vida al margen de la legalidad. La palabra gentrificación todavía no había desembarcado en el vocabulario y por las noches una multitud de garitos daban amparo y bebida —sin las restricciones del ZAS— a las tribus urbanas que habían conseguido sobrevivir al día. Había punks, todavía. Y heavies, por supuesto. Y catalanistas que pedían la autonomía para el País e iban a aplecs donde flameaban quatribarrades. Y anticatalanistas que pedían la autonomía para el Reino, no iban a aplecs y ondeaban la señera barrada con azul. O reventaban plenarios. La ciudad era un escenario de batalla campal porque efectivamente parecía un campo abandonado después de una batalla, lleno como estaba de descampados donde los coches aparcaban haciendo todo tipo de contorsiones al tener que acoplarse a los desniveles del terreno. Un infierno para los urbanistas más melindrosos y un auténtico paraíso para los niños. Porque en aquella ciudad los niños todavía podían jugar en la calle, claro.

La ventaja de aquella urbe de los años 80 es que todo —los edificios, el autogobierno, los jardines del río— estaba para hacer porque todo estaba medio derruido. Le faltaba una buena mano de pintura a aquella València en la que muchas fachadas estaban por lucir, llenas de desconchones y persianas desajustadas, pero donde la gente todavía se sentaba a la puerta para ver la vida pasar, saludar a unos vecinos y despotricar de los otros. Era una capital de provincias instalada entre el blanco y el negro, expectante ante la promesa de color de una democracia apenas estrenada. El caso es que la de los ochenta acabó siendo también una década prodigiosa, sobre todo cuando llegó la autonomía y España entró finalmente en la CEE: llegaron los Fondos FEDER y sobre la ciudad empezó a caer dinero, primero en forma de llovizna discreta y después —con el boom que precedió al crack de la construcción— como un aguacero que parecía imparable pero que se paró de repente y nos dejó enjugados y enjutos.

En —prodigioso— blanco y negro son también la mayoría de las fotografías que Rafael de Luis hizo de aquella ciudad monocolor todavía enfangada en tarquín y ensuciada de hollín, pero ahíta de vida al margen de todo, como han sabido retratar inmejorablemente Rafa Lahuerta i Ginés S. Cutillas en esas dos magníficas panorámicas literarias de aquella ciudad y de aquellos momentos: el Noruega de Lahuerta —Premi Lletraferit 2020 y succès d'estime de la literatura valenciana, editada por llibres de la Drassana— y El diablo tras el jardín (Pre-textos, 2021), en la cual el prolífico autor rememora la vida de dos hermanos en El Cabañal de mediados de la década.

Ahora, que hace cuarenta años de aquella Valencia de los años ochenta, el MuVIM reúne a los tres —un fotógrafo y dos novelistas— en una mesa redonda moderada por Joan Carles Martí —responsable de la sección «Valencianeando» del LEVANTE-EMV y jefe de su sección de Cultura— para rememorar y conmemorar aquella ciudad perdida que todavía vive a hurtadillas, sin embargo, bajo la piel rutilante de la moderna y vigorosa metrópolis manejable que es ahora València. Ciudad colorista de fachadas lustrosas y nada remendadas, de barrios gentrificados sin apenas solares, salpicada de bibliotecas y agencias de lectura municipales, museos de nueva planta, hoteles suntuosos y restaurantes gourmets con sabores de todas partes. Una pequeña ciudad grandilocuente que es destino turístico gracias, entre otras cosas, a unas fiestas josefinas que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Una ciudad plenamente europea, sin país y sin reino, amable y homologable. En la que no se puede jugar en la calle. Ni aparcar donde se quiera. Ni sentarse al fresco. Ni vivir —ya— una vida a la intemperie de la ley.

Entrada gratuita, pero aforo limitado.

Las entradas empezarán a repartirse a partir de lqs 18:30 h en el Punto de Información del vestíbulo del museo

Sin entrada no se podrà acceder al Salón de Actos

Se debe llevar correctament puesta la mascarilla durante todo el acto

Ginés S. Cutillas es escritor y profesor del Escuela de Escritores y de la Escola d'Escriptura del Ateneo de Barcelona, codirector de la revista literaria Quimera. Es autor, entre otras obras, de Un koala en el armario (Cuadernos del Vigía, 2007), Lo bueno, si breve, etc. Decálogo práctico del microrelato (Base, 2016) o Mil rusos muertos (Sílex, 2019), además de El demonio tras el jardín (Pre-Textos, 2021), en la que recrea la vida de dos hermanos preadolescentes en El Cabañal de mediados de los 80, Tito y Ximo, que han crecido con la firme convicción de que más allá del jardín de casa de su abuelo habita el diablo.
 
Rafa Lahuerta ha participado en varios libros colectivos de temática futbolística (fue de hecho uno de los creadores de la grada de animación Gol Gran del Valencia C.F). y se dio a conocer literariamente con La balada del bar Torino (Llibres de la Drassana, 2014). En 2020, ganó el premio Lletraferit 2020 con Noruega, también publicada por LLibres de la Drassana, una crónica de la València descarriada de los años 80, que se ha convertido en un éxito de ventas sin precedentes en la literatura en valenciano.
 
Rafael de Luis es fotógrafo profesional desde 1976, cuando fundó con otros dos socios el equipo fotográfico «El Cameraman». Ha trabajado como freelance para varios medios y como fotógrafo industrial y productor de programas e instalaciones de multivisión. Tiene obra en la colección permanente del IVAM; la Diputación de Valencia y el Museo de la Ciudad de Valencia. Parte de las fotografías que hizo de la València de los años 80 se puede ver ahora en el MuVIM en la exposición «València 1980 + 40». 
 
Joan Carles Martí es jefe de la sección de Cultura del diario LEVANTE-EMV y director de su suplemento literario Posdata. También es el responsable de «Valencianeando», una sección del diario en la que pasa revista semanal a la actualidad social, política y cultural de la ciudad de Valencia

Fecha

24/02/2022 - 19:30

Lugar

Salón de Actos
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