La presente muestra completa una de las lagunas existentes en la historia de la animación de posguerra en nuestro país: la que se refiere a la obra de los animadores valencianos Carlos Rigalt, Patricio Payá (juguetero y dibujante de películas) y Pérez Arroyo e hijo, autores poco o nada conocidos por haber desarrollado su trabajo fuera de Barcelona, el foco principal del cine de animación durante el tiempo que va del final de la Guerra Civil a los primeros años cincuenta.

Estos pioneros desplegaron ingenio e iniciativa para sortear todo tipo de adversidades en un contexto económico, político y social asolado por la guerra

Unos años caracterizados por la inexistencia de una mínima red industrial que sostuviera financieramente y productivamente el trabajo de estos pioneros, que se vieron abocados a desplegar ingenio e iniciativa para sortear todo tipo de adversidades en un contexto económico, político y social asolado por la guerra. La participación de algunos de ellos en los programas cortos de la productora CIFESA y su posterior implicación profesional en dos de las marcas más populares del cine de juguete nacional (Jefe y Payá), les confirió renombre a nivel nacional. Miles de niños de todo el país pudieron disfrutar de las aventuras que crearon estos audaces precursores de una industria —la de la animación— con millones de seguidores en todo el mundo hoy en día.