Suma y mestizaje de culturas musicales, arco y tacón es una auténtica fiesta melódica en la que se encuentran y entrelazan tradiciones musicales tan —aparentemente— alejadas como el repertorio camerístico del Barroco europeo, la música española del siglo XIX, el flamenco, el tango o el jazz. En el programa de este concierto, las bandas sonoras de Ennio Morricone se avienen con las Noches de bohemia de Navajita Plateá, mientras la Playera de Sarasate sale al encuentro de la Sultana de Camarón de la Isla, que también mezcla su alegría con Joseph-Hector Fiocco. Incluso la Asturias de Albéniz ocupa un lugar destacado en este concierto, junto a la música más popular de Augusto Algueró.

Esta impensada confluencia musical de tradiciones tan distintas nace del encuentro de un grupo de artistas flamencos de etnia gitana del barrio de El Cabañal con un par de instrumentistas de cuerda —violín y violonchelo— de la Orquesta de Cámara Eutherpe. Un conjunto inopinadamente eurítmico que se completa con la policromía acústica que siempre aporta el saxófono. Todos juntos conforman el ensemble En clau de clot.

Cada instrumento empieza en solitario y poco a poco se ve acompañado por el resto de solistas.

Esto hace que el concierto vaya creciendo en ritmo e intensidad, como es uso y costumbre en los espectáculos flamencos, pero también en algunas de las composiciones clásicas que aquí se interpretarán. La armonía melodiosa de la música barroca y moderna para cámara u orquesta, como los conocidos Canon de Pachelbel o el Adagio de Albinoni, se complementa especialmente —y sorprendentemente— bien con las características tonadas del cante y el toque de la música andaluza. El contrapunto rítmico del cajón acompasa el conjunto y el baile flamenco completa un espectáculo único y absolutamente original que no se encontrará en ninguna otra parte. Este maridaje entre música clásica y flamenco es un banquete para los sentidos en el que se se desatan las emociones y se da vía libre al sentimiento. Materias primas de toda música.