El lenguaje cinematográfico es el más nuevo y moderno de todos los desarrollados por nosotros, los humanos
El cinematógrafo de los Lumière fue presentado en París el 28 de diciembre de 1895. Pero el lenguaje propiamente cinematográfico tardó todavía más en desarrollarse. Los elementos de su gramática —la arquitectura de planos y secuencias— y sobre todo de su sintaxis —el montaje cinematográfico— se perfeccionaron en las primeras décadas del siglo XX, aunque en realidad no han dejado de evolucionar durante el centenar de años de vida que tiene el medio. En todo caso, está claro que el lenguaje cinematográfico —el audiovisual— es el más nuevo y moderno de todos los desarrollados por nosotros, los humanos, a excepción del lenguaje informático.
Fotograma de «Muerte en Venecia» (Luchino Visconti, 1971)
A partir de los años sesenta del siglo pasado, unos cuantos directores europeos experimentaron con ese lenguaje para crear una narrativa nueva y personalizada. Más que directores de orquesta, eran más bien compositores de sinfonías audiovisuales. Había italianos como Rosselini, Visconti o Fellini; franceses como Truffaut o Godard; suecos como Bergman o alemanes como Herzog. Autores que a veces actuaban coordinadamente a través de movimientos como la nouvelle vague francesa, el free cinema inglés o el neorrealismo italiano. Sus películas disfrutaron de gran éxito de público y crítica, también en una España que entonces empezaba a desembarazarse de la férula franquista. Más que películas, eran reflexiones audiovisuales de gran calado sobre temas sociales, políticos o filosóficos.
Al cinefórum se iba a muchas más cosas que ver películas: a socializar, debatir, discutir, comentar y polemizar
La mayoría de las veces fueron vistas, no en salas de cine convencional, sino en cinefórums. Al cinefórum se iba a muchas más cosas que ver películas: se iba a socializar, debatir, discutir, comentar y polemizar sobre buen cine pero también sobre revoluciones posibles, resistencias íntimas y subversiones domésticas en medio de un espíritu crítico que hoy en día hemos perdido en gran parte.
Fotograma de «Aguirre, la cólera de Dios» (Werner Herzog 1972)
Ahora, el MuVIM recupera aquel clima intelectual y festivo de los cinefórums proyectando una selección de las mejores películas de aquel momento de excepcional creatividad. Películas que serán presentadas, brevemente, por especialistas y críticos de cine. Una oportunidad única de volver a ver en pantalla grande joyas cinematográficas que eran mucho más que simples películas.
Versiones originales
subtituladas al castellano
Salón de Actos del MuVIM | 19h
Entrada gratuita
Jueves 2 de mayo | 19 h
La caza (Carlos Saura, 1966)
Presentada por Juan Rodríguez Teruel
Jueves 9 de mayo | 19 h
La muerte en Venecia (Luchino Visconti, 1971)
Presentada por Joan Carles Martí
Jueves 16 de mayo | 19 h
Amarcord (Federico Fellini, 1973)
Presentada por Ramón Alfonso y Marc Borràs
Jueves 23 de mayo | 19 h
La soledad del corredor de fondo (Tony Richardson, 1962)
Presentada por Joaquín Vallet Rodrigo
Jueves 30 de mayo | 19 h
Besos robados (François Truffaut, 1968)
Presentada por Ramón Alfonso
Miércoles 5 de junio | 19 h
El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957)
Presentada por Ramón Alfonso y Marc Borràs
Jueves 13 de junio | 19 h
Aguirre, la cólera de Dios (Werner Herzog, 1972)
Presentada por Carlos Losilla