El agua es un recurso único. Es la base de la vida. También es fundamental para el desarrollo económico, social y medioambiental. Es un recurso abundante (el 70% del planeta es agua) y a la vez escaso (solo el 3,5% es agua dulce).
Desde un punto de vista egoísta, todos los humanos necesitamos cantidades suficientes de agua potable para garantizar nuestra supervivencia e higiene. Es el bien más preciado preservar nuestra salud y bienestar. Desde un punto de vista medioambiental, el agua es la piedra angular sobre la que se asientan los ecosistemas, la biodiversidad, la fertilidad de los suelos o el clima.
Si las masas de agua desaparecen, disminuyen o se alteran, el equilibrio natural se verá afectado. Desastres naturales cómo sequías, tsunamis o inundaciones se podrían suceder sin control alrededor de todo el planeta, provocando desabastecimiento, infecciones, hambrunas o incluso la desaparición de miles de especies.
Por el contrario, una gestión sostenible es la mejor arma contra el cambio climático. Utilizar el agua de forma eficiente contribuirá al equilibrio medioambiental y a generar reservas para el futuro. Administrar nuestros recursos hídricos de forma adecuada está en nuestras manos. Ese es el mensaje más directo de este mural.
La forma en la que protejamos el agua determinará la forma en la que se gestione y se reparta. Solo así conseguiremos que el agua no sea una pieza en un museo.