Sobre «Sorry We Missed You» (2019), de Ken Loach
Sorry We Missed You
Ángel San Martín | Universitat de València
Ken Loach nació en 1936 en Nuneaton, Reino Unido. Asistió al colegio King Edward VI de su ciudad natal y luego cursó Derecho en la facultad St. Peter’s Hall de la Universidad de Oxford. Desde muy joven trabaja en el teatro y en 1962 lo contrata la BBC como director de diferentes programas y su primera serie fue Z Cars (1962). El prolífico director simultanea televisión y cine desde finales de los sesenta, con películas como Poor Cow (1967) hasta llegar al último estreno del año pasado: El viejo roble (2023). Entre nosotros el título que mayor repercusión ha tenido es Tierra y libertad (1995), dedicada a relatar el compromiso de un brigadista británico en la guerra civil española. El universo fílmico de Ken Loach se desenvuelve en lo que se califica como cine social de fuerte compromiso político a partir de las injusticias cometidas por el thatcherismo. Desde esta perspectiva ideológica dirige títulos que van desde Lloviendo piedras (1993), Felices dieciséis (2002) El viento que agita la cebada (2006) (Palma de Oro en el Festival de Cannes 2006), Buscando a Eric (2009), hasta La parte de los ángeles (2012) o Yo, Daniel Blake (2016), (Palma de Oro en el Festival de Cannes 2016), entre más de una treintena de largometrajes.

En la película de esta tarde, Ken Loach vuelve sobre una temática, en apariencia, tan cotidiana como los desvelos de una familia por mantener el trabajo para adquirir una vivienda, el utilitario para el día a día y, sobre todo, para que a sus hijos no les falte de nada y poder pagarles los estudios que le permitan mejorar sus condiciones de vida. En fin, nada extraordinario que no se reconozca como estampas de la vida cotidiana. Sin embargo, tras esta aparente normalidad, el director visualiza la frustración que sacude a cada uno de sus cuatro personajes principales al constatar que no van a conseguir sus objetivos vitales. En el entramado social tejido por el director, Ricky tiene que autoemplearse en una empresa de mensajería y su esposa Abby se multiplica como cuidadora de personas mayores. Circunstancia que les obliga a estar mucho tiempo fuera de casa lo que acaba descontrolando a Seb, el hijo adolescente y desquiciando a la meno que es Liza Jane. La crisis surge no por introspección sino fundamentalmente por las condiciones sociales y económicas que rodean a esos personajes. De algún modo se podría decir que es la tensión entre el “yo” y el “nosotros” lo que late a lo largo de todo el metraje de esta película.

De manera que a partir de las estampas recreadas por Ken Loach y su inseparable guionista de las últimas producciones, Paul Laverty, articularon una historia sobre la injusticia social y económica que experimentan los cuatro miembros de una familia. Laverty reconoce que la historia de esta película surgió al terminar el rodaje de Yo, Daniel Blake y revisar las entrevistas y cientos de anotaciones realizadas en ese tiempo. Tras reunirse con Ken Loach decidieron que había material suficiente para una nueva película. Es, por tanto, una obra que da continuidad a las reflexiones y denuncias que director y guionista formulan en sus últimas producciones visualizando los desgarros humanos producidos por las sucesivas reestructuraciones del capitalismo en su transición del fordismo a la “economía gig”.

El relato es lineal, sin demasiados artificios estilísticos que desvíen la atención de lo fundamental: impresionar con toda crudeza la mirada de los y las espectadoras. Y a este propósito contribuyen aportaciones como la luz de la fotografía que hace honor al contexto en el que transcurre la acción, prevalecen los colores grises, de vez en cuando con algún contraluz para resaltar la circunstancia que experimentan los protagonistas en distintos momentos de la historia. La acción transcurre, como ya se ha señalado, en las calles, almacenes y viviendas sin ningún tipo de aditamento dispuesto para la ocasión. Localizaciones que se corresponden con lugares reales de la ciudad de Newcastle donde se filma la película. Todo ello envuelto en un ambiente sonoro natural, tomado de la calle, el almacén o la furgoneta, lo cual no es óbice para que algunas secuencias las hayan resaltado mediante una música sobria y llamativa que corrió a cargo de G. Fenton.

Finalizo esta breve presentación y antes de plantearles algunas preguntas para el coloquio, pidiéndoles máxima atención para las primeras secuencias de la película, en concreto la entrevista que le hace Ricky su nuevo jefe y un poco más tarde cuando el encargado del almacén de paquetes le entrega a Ricky su herramienta de trabajo, un escáner, y los comentarios que le hace. 

Fotografama 'Sorry We Missed You' (Ken Loach, 2019)

 

Algunas cuestiones para la reflexión a partir del visionado de la película:

  •  ¿Desde qué punto de vista está contada esta película, desde los miembros de la familia afectada o desde la estructura social y económica?
  •  ¿Son sostenibles los niveles actuales de consumo a cambio de humillar y empobrecer a las familias sobre las que reposa el sistema?
  • ¿Los dos hijos del matrimonio retratado en la película, podrán escapar cuando sean adultos del círculo infernal en el que se hallan encerrados sus padres?
  •  ¿Qué reacciones cabe esperar del injusto orden socioeconómico esbozado por Ken Loach y Paul Laverty en esta película, ¿cómo se podría reaccionar frente a ese injusto orden económico emergente?
  •  ¿Consideran que la modalidad de relaciones laborales retratadas en la película fomenta una identidad ciudadana tóxica o saludable?

 

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